ooh mira lo que reencontre...



No hay un algoritmo establecido, no serie de pasos, no reglas, no fórmulas no patrones.

Establecemos algoritmos programando nuestros objetivos, pasos seguimos, fórmulas imaginamos, patrones dibujamos, establecimientos permitimos.

Programas de paso, pasos y rutas, funciones, texturas, nos permitimos parar de repente.

No hay un algoritmo establecido para vivir, no series de pasos a elegir como sentir, no reglas para seguir, no fórmulas delimitadas, no parámetros que obstaculicen.

Pasos no programados, rutas no seguidas, funciones con tendencia a infinito, texturas desconocidas y con todo y eso paramos de repente.

Hoy paré de repente, puse mi contador en ceros y dibuje una serie de pensamientos que maniobraban en mi mente.

Pare mis pasos para recordar que no hay un algoritmo establecido para olvidar, sentir y aprender, no hay reglas que como anillo al dedo ilustren mi falta de seguirlas, no delimitaciones que hagan cerca a los sueños, no funciones matemáticas que solo me muestren números para graficar mis emociones.

Pare de repente cuando un algoritmo recorría mi mente realista queriéndome perseguir con formulismos, patrones, fórmulas, variantes, elementos y flujo de información.

De repente pare y fluyo mi mente humana que me ha seguido con sensaciones táctiles, con vivencias, aventura, arriesgue y fe.

Pare de repente para recordarme que no hay un algoritmo que me indique la serie de pasos a seguir para sonreír, vislumbrar, dejar, seguir, olvidar, reencontrar, escribir, inspirar.

De repente pare y mi mente recorrió el frió con calidez y paro de repente ese frenesí real que quería engañar y engatusar al corazón haciéndole creer que hay reglas a seguir, funciones que solucionar, patrones que dibujar, vertientes que elegir, circunstancias que graficar, momentos que olvidar...

Pare de repente y escribí, escribí como siempre sin algoritmos, formulismos, reglas, tratados, convencimientos...

De repente pare y encontré este espacio donde respire y encontré eso que Einstein buscaba...encontré la esencia de la física hecha poesía, reencontré el cero que cuenta, las reglas que vagan, las fórmulas que se enamoran con la química, los patrones que amorfos crean arte, las gráficas irrelevantes pero con nombre a pastel, los momentos que marcan sin elegir ser borrados.

Pare de repente junto a mí, y escribí con silencios de la mano, con soledad observándome, de repente pare y esto vi...

Vi como un algoritmo deshojaba sus pasos para desfragmentar en elementos lo único de una idea convertida en sueño, vi como mis pasos encuentran su rumbo, y aquellas huellas como tatúan su estadía en lo recorrido.

Pare de repente, respire, de repente pare y escribí.

Paradas continuas si es necesario haré para recordarme que no soy un número, una maquina, un programa, que siento y vivo estoy para darme el lujo de parar, llorar, gritar, reír, brincar, sonreír, ladrar, asentar y parar de nuevo para continuar.

De repente pare y me encontré aquí...

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