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Viviendo en Voz Alta


Un Misionero no es la luz del mundo, 
pero compartimos ESA luz 
que nos gustaría ver en todos.

Estamos aquí para vivir en voz Alta; porque no podemos vivir de otra manera sabiendo que Dios esta con nosotros. Sabiendo que Jesús vino, venció la muerte; y sigue viviendo en cada uno de nosotros. No podemos amarrarle las manos a Dios que, a través de nosotros, quiere seguir viviendo, quiere compartir el latido de nuestros corazones. Que esta lleno de Él y que no puede quedarse sin darse a los demás.

Sabe que todos vivimos por un solo objetivo que es seguir construyendo su reino. Sobre todo compartiendo el amor con el que llena nuestros corazones. Que tenemos fe en que no nos dejará solos nunca porque somos uno mismo con Él y nos ha confiado la tarea de compartir el punto más alto de la fe que es la alegría. Esa fe que todo mundo tiene pero la tiene muy apagada.

Somos los elegidos para ir a llevar esa luz, ese fuego que esta en nuestra Alegría para prender cualquier ceniza de carbón con que nos podamos topar, no sólo en la sierra, sino en cada momento de nuestras vidas.

A un misionero se le pueden pedir muchas cosas. Tiene muchas tareas y actividades que realizar, puede o no hacerlas, pero lo que NUNCA se le va a permitir a un misionero es que deje de vivir en voz Alta, porque el mensaje mas importante que Nos vino a dejar, no puede darse más que con el corazón lleno de Su amor y con el convencimiento de que venció la muerte y con esa fe de que Él sigue vivo a través de cada uno de nosotros.

Un misionero no es esa persona que va diez días a la sierra, un misionero es es quien toma la actitud de vivir en voz Alta toda su vida y dejar huella en casa persona que se cruza en ella. Un misionero disfruta la alegría de los demás, la comparte y suma energía positiva a su entorno.

Este mundo está necesitado de personas como ustedes que disfrutan lo que hacen, que sirven con la sonrisa que sólo el servicio puede sacarnos, con las ganas de hacer lo que nos llena, y así cada vez llenamos más el amor de Dios y poder contagiar a más gente e irradiar esa luz con más fuerza para que más gente sea contagiada con la luz que deja un misionero en donde sea que se pare.


D.I. Luis Carlos Vega Ruiz
 
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