Una melancolía acariciante...



Una melancolía acariciante
trenza y destrenza el tiempo,
en el fugaz espejo del momento.
Voz escondida de piel ausente,
de besos infinitos y crepúsculo evidente;
de mariposas ciegas prisioneras
en vuelos callados en eternos cielos.

Una melancolía de atardecer añejo,
de recuerdos entreabiertos
en sombras carnavalescas.

Una melancolía agonizante
acallando fantasmas en vigilia,
en el desdentado bostezo del ensueño.
Lamento de guitarra perdida
de sonido disfrazado y arpegio sangriento;
de esperanza sin camino
en pisadas remachando soledades.

Una melancolía
donde el suspiro es silente partiendo cuerpos,
donde la falta del tuyo llena mis pupilas.

Y, ¿que le falta a la noche para terminar de destrozarse?,
¿que le añadimos para volver bizarro el tiempo?,
Ya solo acaricio el tiempo que destrenzo,
el tiempo que guardo en memorias,
el tiempo en que sueño...

Los ciclos continuan su camino,
si dejar ver un principio,
si dejar ver un final,

¿que tan lejos se encuentra los nuevos ciclos?
¿que tan lejos estoy de mis sueños?

y los fantasmas viligan mis sueños,
vigilan mis deseos, y advierten a mi pensamientos,
¿que es lo que siguen buscando en mi?

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