Había conseguido olvidarlos, alejarlos de mí, continuar mi vida.
Acalle esas voces que gritaban en mí interior, murmurando… recordaban y
reconstruían el pasado, segundo a segundo, consumiendo mi tiempo y mis ganas. Leían una y otra vez una historia demasiada veces contada,
demasiadas veces revivida… Pero conseguí que los fantasmas se fueran.
Aunque se marcharon con algo de mí, algo de mi alegría, de mi sonrisa,
algo de mi futuro… nada pude hacer, fue un precio que tuve que pagar
para alejarlos...
Ahora han vuelto...
Solo los veo, solo les escucho, cuando nada me distrae, cuando estoy a
solas, cuando estoy a oscuras... Cierro los ojos pero sigo viéndolos, no me
dejan dormir, no me dejan soñar.
Pienso lo que piensan y siento lo que sienten.
Ellos me envuelven. Y mis sentidos dejan de ser validos. Utilizo otros que
olvide y que, tiempo atrás, suplante por los míos...
Esos recuerdos me atrapan y me vencen. Incapaz, derrotado.
Entonces, después de permanecer dentro de mí, consumiéndome,
rompiéndome la vida, se escapan por mis ojos y recorren mi mejilla, una y
otra vez. Caliente y salado. Exprimiéndome el alma. Ahogando mi aliento
en un grito mudo.
Una y otra vez...
Y no encuentro consuelo ni en esta desierta habitación ni en la oscuridad
que la habita...
Alpha & Omega
0 instantes:
Publicar un comentario