Desde mi Luna Negra -mi auto destierro- envío Adán mis bendiciones a acariciarte.
Que recorran tu sangre e impriman mi figura en tus sueños, como tatuaste tus manos en los recuerdos de mi piel.Resucito ahora rebautizada en el Desierto Destierro. Es dejavú la nueva ausencia.
Es retornar a la antigua Soledad Sagrada con dolores tan nuevos que ni los siglos por venir los intentan aliviar... Y es en el sueño de resucitar que -dormida- despierto para siempre, inundada en tu ausencia. Bañada en maldiciones.Un demonio me roza, otro más besa mi espalda y con la caricia de sus dedos sobre la cicatriz resurgen mis milenarias alas.
Escucho la voz de los ángeles caídos cantando mi nombre; caigo sobre mi espalda y despierto desnudo sobre la arena gritando tu nombre.
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