Donde el cielo termina comienza mi techo, donde mi techo culmina comienzan las posibilidades, no hay estrellas mas en la estancia pues su trayecto han seguido, no hay llaves de puertas cerradas sino finales de chapas oxidadas.
Donde el techo termina comienza mi almohada, donde mi almohada culmina comienzan los sueños posibles, no hay nebulosas mas en la ventana pues su visión ha seguido el curso, no hay mas vidrios empañados sino conclusión del huracán.
Donde mi cabeza termina comienza el corazón, donde mi corazón culmina comienzo yo.
...
¿Cómo terminar cuando no hay partida?
¿Cómo partir cuando no ha habido ida?
¿Cómo irse cuando no hay término?
¿Cómo terminar de partir cuando lo que se va ya ha tenido conclusión?
Me pregunté todo este tiempo por qué tantas venidas a un cielo ajeno teniendo el mío a un paso de la ventana, me cuestioné todo este tiempo el por qué tantos regresos a una tierra vecina teniendo la mía bajo mis pies, me confundí todo este tiempo entre idas y regresos a un cielo en la tierra que no era el mío.
Todo este tiempo, sí, el tiempo en el que he aprendido, el tiempo que te marca el transcurrir de los días, ese tiempo que te remarca la pérdida de sonrisas y el tiempo que juzga el por qué tan detenida estas cuando el tiempo corre.
Corría el tiempo mientras yo terminaba de irme y partí una y mil veces concluyendo sobre finales.
Hubo tantas cosas que dejé en este tiempo entre ellas ese cielo que me aferraba a mirar, se iluminaron mis dedos cuando toqué el veneno y de sonrisas mis ojos se cubrieron cuando respiré un nuevo aire sin necesidad de abrir ventanas.
Ha pasado ya un tiempo ese tiempo en el que uno cuestiona el material de nuestro techo, en ese tiempo descubri que la mejor desición es la que se toma sin pensar demasiado.
Uno perdona para dejar de encarcelar heridas, dolor y ausencia, yo he perdonado con el fin no de regresar a lo que ni siquiera tiene vuelta, te perdoné a ti conmigo y me perdoné quien fui yo después de haberme herido.
Ha pasado ya un tiempo desde ese tiempo en el que decidí taparme los ojos para no recordar tu existencia, ha pasado tanto en tan corto tiempo, el tiempo tan corto ha sido tan largo en estaciones que perdóname que lo diga pero no ha vuelto nada de lo que perdiste y se fue.
No hay lugar al que volver cuando la ida terminó cuando dejó ir el cielo ajeno en tierras vecinas.
No hay almohada que descanse un recuerdo, discúlpame que te lo diga, no volví por el contrario mas lejos nunca he estado de ti.
Discúlpame que te lo diga pasado, el tiempo corre y hoy, hoy estoy yo aquí.
Alpha & Omega
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