what shall we use to fill the empty spaces?(...) shall we work straight to the night?(...) send flowers by the phone? take to drink? go to shrink?give up meat? rarely sleep? keep people as pet?(...)what shall we do now? - pink floyd
Hay huecos que no se llenan nunca. Espacios vacíos - como los de la canción- que, aunque son invisibles, duelen y se sienten. Nuestros huecos nos determinan, nos hacen humanos, porque un animal no precisa mas que su propia existencia para ser feliz. Nosotros en cambio, sabemos - y ya lo dijo freud- que somos seres incompletos, que tenemos un vació existencial, pero uno nunca se acostumbra a vivir con ese hueco. por lo pronto, probaremos mil y una forma de llenarlo- o de ocultarlo -.
¿Qué tanto es tantito?
Al ritmo de los cambio sociales y el desarrollo tecnológico, el hombre se ha apropiado de nuevas estrategias para adaptarse a un medio que lo determina. De pronto, casi sin darnos cuenta, ese placer por practicar ciertas actividades, por disfrutar lo que somos - y evadir lo que no hemos llegado a ser-, por estar en contacto con los otros y por presentarnos ante ellos de cierta manera, se transforma en una necesidad imbatible, resultado de una combinacion de la influencia externa y la propia motivacion de llenar los espacios vacios de forma que sea.
Es difícil aceptar que, de alguna forma, todos somos adictos a algo, Quizá usted ni siquiera lo había considerado; sin embargo en mayor o menor medida, todos tenemos comportamientos adictivos arraigados. Lo difícil es distinguir cuando se ha cruzado la linea del gusto o el beneficio inmediato, y se ha llegado a exacerbar el placer hasta convertirlo en algo dañino: una adicción. Sus características son; dependencia, compulsividad, repetición, angustia, culpa - "no lo vuelvo a hacer" - y a menudo, síndrome de abstinencia. Entonces uno puede hacerse adicto prácticamente a a cualquier cosa; sustancias, practicas, comportamientos e incluso, personas. Es solo que algunas de ellas son mas aceptadas que otras.
En este tipo de comportamientos que no son juzgados de la misma forma que otros, como el alcohol o las drogas. Por eso uno no dejaría de hablar a la amiga nada mas porque desde hace seis años no ha mandado a volar al novio que la maltrata, la menosprecia, y ya ni siquiera le promete que cambiara. Y es que uno puede ser adicto a tantas cosas, que solo hace falta un pretexto. Siempre es difícil encontrar un punto medio y un equilibrio en esto de llenar hoyos. En mayor o menor medida, siempre están ahí. Quizá sea hora de irnos acostumbrados a los nuestros.
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