Todas las personas con las que te encontraras aquí tienen una cosa que enseñarte. Que no hay cosas por casualidad. Que todos estamos relacionados. Que uno no puede separar una vida de otra más de los que puede separar una vida una brisa del viento. Lo que esta bien, no dirige la vida y la muerte. Te has preguntado ¿Por qué se reúne la gente cuando mueren los demás? ¿Por qué considera la gente que debe hacerlo?

Lo hace porque el espíritu humano sabe, en el fondo, que todas las vidas se entrecruzan. Que la muerte no solo se lleva a alguien, también deja a otra persona con vida, y en la pequeña distancia entre morir y quedar vivo, las vida cambian.  Es algo que pasa todos los días. Cuando tu compañero se enferma y tu no. Cuando tu caes mientras cuidabas que los demás subieran bien. Cuando cae un rayo un momento después de que te hayas ido. Cuando te tardas un segundo en andar adelante y el carro de alado muere en un choque que te pudo tocar a ti. Creemos que esas cosas son casualidades, pero hay un equilibrio en todo. Uno se marchita, otro crece. El nacimiento y la muerte forman parte de un todo.

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